¿Vale la pena certificar ISO 9001 para una Pyme?

En un país como Argentina, donde los escenarios cambian constantemente, es necesario ejercitar procesos de adaptación que permitan la adecuación de nuestros emprendimientos al replanteo constante de las reglas de juego.

En tiempos de recesión, donde todo el mercado se retrae y resulta muy difícil vender, es necesario pensar que se puede hacer para mantener o incluso incrementar el beneficio. Suena raro, ¿incrementar beneficios en épocas de recesión es realmente posible?, ¿de qué se trata?.

Si lo pensamos el beneficio es el resultado de ventas menos costos, por lo tanto, en situaciones donde las ventas caen, para mantenerse debemos disminuir los costos por lo menos en la misma proporción de las ventas, y desde ya, si bien esto suena lógico, es entendible que asociemos esta idea al recorte presupuestario, pero lo que planteo aquí es otra idea, es trabajar en calidad.

Si trabajamos en calidad, más allá que certifiquemos o no, estaremos en condiciones de disminuir y eliminar un montón de costos ocultos que hacen que las empresas sean ineficientes.

Un Sistema de Gestión de Calidad (SGC) implica clarificar, mejorar y documentar el conjunto de procesos estratégicos. Generar puntos de control a través de un set de indicadores para gestionarlos adecuadamente y plantearse nuevas formas de trabajo mediante la mejora continua.

Si bien, como señalé, habiendo certificado o no, contar con un SGC es de gran ayuda para las organizaciones, me parece importante hacer una reflexión sobre la Norma de Calidad ISO 9001, como una herramienta útil para el incremento de la competitividad de las organizaciones.

Seguramente, habrán escuchado o leído que los sistemas de calidad con certificación ISO 9001 tienen como primera ventaja el amplio reconocimiento internacional que estas normas presentan en los principales mercados del mundo, fundamentalmente en Europa (de donde son originarias), Estados Unidos y Japón. Pero la gran mayoría de las pymes no colocan sus productos en el exterior, por lo que no están “obligadas” por estos mercados a incursionar en la materia.

También sabemos que las normas constituyen una verdadera carta de presentación para ganar nuevos clientes. Pero la gran mayoría de los consumidores finales no saben muy bien que significan las normas ISO, y algunos, creen incluso que es solamente una cuestión de “marketing”, lo que evidentemente es peor aún.

Por último, podríamos señalar que la certificación ISO 9001 es frecuentemente exigida por organismos privados y multilaterales como requisitos para el financiamiento de nuevos emprendimientos. Pero por estos lados no se ven muchos proyectos, o lo que es más grave aún, existiendo proyectos, no se ve que este tipo de financiamiento llegue.

Al ver las cosas de esta manera, ¿realmente vale la pena certificar calidad para una pyme?. La respuesta es “SI”, pero no por los motivos antes citados, que son de aplicación en todo caso para las grandes empresas.

Claramente valdrá la pena certificar calidad, en la medida que seamos capaces de medir los costos involucrados en el proceso y los beneficios derivados de certificar y por supuesto que estos últimos superen a los primeros.

Certificar tiene costos explícitos, como el equipo consultor y la firma certificadora que intervendrá (IRAM, QMS, Bureau Veritas, TUV, etc). Si bien es importante el monto que nos coticen, mucho más importante aún es la experiencia de los que van a colaborar externamente en alcanzar las metas que se propone la organización, que para que quede claro, no debe ser “obtener el certificado”, sino “contar con una organización más eficaz y eficiente”. Si se hace bien, aplicar una certificación a la Norma ISO 9001, implicará avances significativos en lo que hace al ordenamiento interno de la organización, lo que inexorablemente se traduce en eficientizar los procesos.

Tal ordenamiento interno se sustenta, por un lado, en el compromiso de todos los niveles de la organización en la defensa de la calidad, y por otro, en la delimitación clara y precisa de todas las actividades involucradas en los procesos principales de la misma.

Una advertencia, no todas las organizaciones que obtuvieron la certificación ISO 9001 lograron con ello ser más eficaces y eficientes, y eso hizo que se arrepintieran de haber tomado esta decisión, y para el caso de una pyme, además donde los márgenes son muy acotados, la sensación de pérdida estuvo seguramente presente. Sin embargo, hay otras que, si alcanzaron la meta de mayor eficacia y eficiencia de la mano de la norma, la diferencia radica en saber con quién aliarse (equipo consultor) y en tomar esto con la seriedad que merece.

Victor Martinez
Victor Martinez

MBA. Consultor. Emprendedor. Prof. Universitario. Investigador. Autor.

1 comentario en “¿Vale la pena certificar ISO 9001 para una Pyme?”

  1. el fin principal de una gestion de calidad de una organizacion, es la satisfaccion de sus clientes. porque de esta manera se llogra que no vayan a la competencia..
    una empresa que gestiona calidad puede garantizar exelencia en sus productos ya que hay un control exaustivo en todas las variables que intervienen en la generacion de un producto. entonces cuando se compra un produccto hecho bajo normas de calidad , se adquiere un producto exelente
    el problema que tenemos en Argentina es que no hay un ente que regule la fabricacion de muchos productos entonces se instalan fabricas que que producen sin gestion de calidad y sacan productos que son literalmente «basura» que salen a competir en el mercado. En muchos casos el consumidor no conoce en profundidad de estos productos y termina siendo estafado.

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